De los tres grupos que componen las Naciones Unidas —la sociedad civil, los Estados miembros y las organizaciones, como EL UNICEF y la UNESCO— la sociedad civil es la más complicada, diversa y difícil de definir. Sin embargo, esta complejidad y diversidad llenan al grupo de su propia vitalidad y fuerza. Lo más importante es que, como grupo, la sociedad civil funciona como la conciencia de la ONU, evitando que la Asamblea General, por ejemplo, se convierta en una sociedad de autocomplacencia y admiración mutua.
El concepto de sociedad civil en la ONU sugiere que los gobiernos no son la suma total de un pueblo. Se crean diferentes formas de gobierno no para reemplazar a los ciudadanos, sino para servirlos y representarlos. Desde sus inicios, la ONU reconoció que una evaluación acríticamente positiva de los gobiernos era ingenua y que era necesario que hubiera un tipo de controles y equilibrios que permitieran una voz a las organizaciones no gubernamentales, por lo tanto, a la sociedad civil, y es con este grupo que la Asociación Católica para el Bienestar del Cercano Oriente (CNEWA) está acreditada ante el Departamento de Comunicaciones Globales de la ONU.
Sin embargo, las organizaciones no gubernamentales, u ONGs, no son todas iguales; se describen y funcionan de manera diferente, dependiendo de las realidades jurídicas y políticas en las que se encuentren. Algunas, como CNEWA, se conocen como agencias sin fines de lucro, otras como grupos de cabildeo u organizaciones de defensa o corporaciones 501 (c) (3).
Independientemente de cómo se definan, los miembros de la sociedad civil permiten a los ciudadanos abordar problemas específicos, como las minas terrestres, el matrimonio infantil, la trata de personas, la violación como arma de guerra, los problemas ecológicos, la migración y los refugiados. Las ONG pueden centrarse en cuestiones que los gobiernos pasan por alto, eligen deliberadamente pasar por alto o incluso violar. Como entidades no gubernamentales, las ONG pueden formar bloques de cooperación para la promoción. Las ONG que trabajan juntas en temas como la trata de personas, el empoderamiento de las mujeres y el desarme nuclear han sido efectivas para involucrar a los gobiernos en proyectos que los gobiernos podrían preferir ignorar.
Cada cuatro años, cada estado miembro de la ONU tiene que presentar un Examen Periódico Universal (EPU), que informa sobre el estado de los derechos humanos en ese país y cómo ese país está cumpliendo con sus obligaciones de los tratados sobre derechos humanos. Muy a menudo, las ONG funcionan como la conciencia del país que presenta el informe para garantizar que su EPU sea honesto y que su compromiso con los derechos humanos continúe. No es sorprendente que cuanto más represivo y autoritario sea un gobierno, menos favorablemente dispuesto está a la noción misma de que las ONG presenten una narrativa diferente a la suya.
Hay varias maneras en que una ONG puede interactuar con la ONU. El primero es a través de lo que ahora se conoce como la Oficina de Comunicaciones Globales de las Naciones Unidas (UNDGC). Similar a la acreditación de prensa, permite a la ONG acceder a los recursos del UNDGC, asistir a reuniones y obtener un pase de la ONU. Sin embargo, no permite que esa ONG en particular tenga una voz directa dentro del grupo de la sociedad civil de la ONU. La segunda y principal forma en que las ONG interactúan con la ONU es la acreditación ante el Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas (ECOSOC). La acreditación del ECOSOC tiene tres niveles, el más alto es el de Entidad de Carácter Consultivo General, que permite a la ONG, entre otras cosas, proponer enmiendas a los documentos y propuestas que se presentan a la Asamblea General.
Hay más de 4.000 ONG con diferentes tipos de acreditación ante la ONU. Algunas son, como era de esperar, más activas que otros. También hay un número considerable de ORGANIZACIONES NO GUBERNAMENTALES basadas en la fe, es decir, religiosas, en las Naciones Unidas, algunas de las cuales tienen estatus consultivo general. En la sede de la ONU en Nueva York, hay más de 50 ONG católicas con diferentes niveles de acreditación. CNEWA es una de ellas.
Los ambiciosos Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU enumeran 17 objetivos. Si bien ninguna organización u ONG se enfoca en todos los objetivos, CNEWA y todas las demás ONG católicas se enfocan en lograr uno o más de esos objetivos. En cierto sentido, los ODS proporcionan un marco flexible que vincula a diferentes ONG entre sí y con otras agencias de la ONU.
Si bien la cooperación entre las ONG es inspiradoramente alta, la cooperación entre las ONG católicas es extraordinariamente buena y útil. Muchas ONG se especializan en temas específicos. Cuando surjen problemas intersectoriales, las ONG cooperarán para compartir información y recursos. A lo largo de sus muchos años de participación en la ONU, CNEWA ha estado involucrada en temas como la protección de niños, refugiados, el conflicto entre Israel y Palestina, la libertad religiosa y la seguridad alimentaria. Estos son temas que la iglesia en el mundo de CNEWA enfrenta a diario, temas estrechamente alineados con muchos de los ODS descritos por la ONU.
Estar en la ONU también proporciona a CNEWA estadísticas y fuentes de información que de otra manera no tendría. En nuestras publicaciones digitales e impresas, CNEWA difunde una gran cantidad de información útil de estas fuentes confiables y objetivas de la ONU.
El presidente de CNEWA, Monseñor Peter I. Vaccari, está buscando nuevas formas en que la agencia pueda cooperar con las agencias apropiadas de la ONU en las áreas donde trabajamos y en temas que compartimos en común. Él cree que tal cooperación podría ser beneficiosa para las misiones tanto de CNEWA como de las organizaciones de la ONU.
CNEWA considera que su participación en las Naciones Unidas es parte de su misión. Promoviendo como lo hacemos una cultura de encuentro, la ONU brinda a CNEWA la oportunidad de encontrar otras agencias, católicas y otras organizaciones en general, en nuestra misión de promover la paz y la justicia y aliviar el sufrimiento entre los pueblos a los que servimos.
El Padre de la Expiación Elias D. Mallon es el asistente especial del presidente de CNEWA.