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Tratamiento de Enfermedades Incurables en Ucrania en Tiempos de Guerra

El personal del Hospital Sheptytsky en Lviv apenas comenzaba a salir del cuantioso tratamiento de pacientes durante la pandemia de COVID-19 cuando Rusia invadió Ucrania en febrero pasado, y la situación se volvió más difícil.

“Durante la guerra, el diagnóstico fue más difícil” para las personas en etapas terminales de la enfermedad, dijo el doctor Lyubov Hasyuk, cardiólogo y director médico del hospital.

El doctor Hasyuk dijo que la guerra complicó las condiciones de salud de algunos ucranianos, especialmente aquellos con enfermedades incurables, muchos de los cuales reciben cuidados paliativos, enfocados en aliviar el dolor en lugar de proporcionar una cura.

La doctora Marta Rypyhovych dirige el departamento de cuidados paliativos del hospital, que lleva el nombre del Metropolitano Greco-Católico Ucraniano Andrey Sheptytsky, quien murió en 1944. La doctora Rypyhovych dijo que desde que comenzó la guerra, el personal recién pudo tener un horario regular hasta por abril.

“Vivíamos mecánicamente: nos despertábamos y a trabajar, nos despertábamos y a trabajar”, dijo. “Además de tratar a los pacientes, también recibimos y distribuimos mucha ayuda humanitaria. Todo esto sucedió en paralelo: cuidar a los pacientes, y descargar, transportar, transferir y organizar la ayuda.

“Y en casa, estaban nuestras familias que también necesitaban de nuestro cuidado, y era necesario de alguna manera poder proveer para todos”.

Muchos pacientes nuevos llegaron en estado de shock y en muy mal estado, evacuados de otras partes de Ucrania, huyendo de los ataques con misiles. La doctora Rypyhovych dijo que una mujer, evacuada de un hospital dañado en Kryvyi Rih, estaba “en una condición bastante pavorosa porque su ropa estaba sucia y estaba usando un pañal que no había sido cambiado, ni siquiera pudimos saber por cuánto tiempo. Estaba deshidratada, porque nadie le dio nada de beber en el camino”.

Un paciente con una lesión en la columna vertebral fue evacuado de Mykolaiv, transportado en el asiento trasero de una camioneta. “Su pañal no había sido cambiado durante tres días. Durante el viaje, solo tuvo un panecillo y una botella de agua”, dijo la doctora Rypyhovych.

“Las enfermedades de muchos pacientes se vieron exacerbadas por las situaciones estresantes que experimentaron, y aquí les diagnosticamos enfermedades incurables”, dijo.

Algunos pacientes fueron referidos a otros hospitales cuando el personal de Sheptytsky sabía que podían obtener una mejor atención en otro lugar.

En 2022, CNEWA envió más de $27.000 al hospital para cuidados paliativos de emergencia. El hospital tiene una sala de cuidados paliativos con 24 camas, y hay una lista de espera, dijo el Dr. Hasyuk. El hospital también ofrece a los pacientes en la lista de espera visitas domiciliarias de los equipos móviles de cuidados paliativos. Los pacientes pueden recibir la visita de un médico, una enfermera o incluso un sacerdote, dijo.

El hospital tiene “siete grupos móviles y cuatro grupos de emergencia” y, al principio, trabajaban todos los días, sin fines de semana ni feriados, dijo.

Liudmyla Shoshu, asistente médica, trabaja en la unidad móvil de cuidados paliativos, así como en el departamento de emergencias. Ella dijo que la carga de trabajo ha aumentado debido a la cantidad de pacientes que han huido a Lviv.

“Vamos a donde están y ayudamos emocional y médicamente: para [poner] una vía intravenosa, un electrocardiograma, realizar controles de ultrasonido … en sus hogares”, dijo. “Y brindamos apoyo psicológico, por supuesto”.

Shoshu también ayudó a entregar ayuda desde el Hospital Sheptytsky a un hospital en Zaporizhzhia, cerca de la línea del frente. Cuando la ayuda llegó al sureste de Ucrania, el personal médico “llorando pidió: ‘Llévenos con ustedes’”.

“Se apartaban a un lado, se secaban las lágrimas y regresaban y miraban cómo estábamos descargando”, dijo. Los empleados de Zaporizhzhia se sintieron mal porque ni siquiera podían ofrecer a los visitantes una taza de café.

“Necesitaban nuestra ayuda. Todos estaban necesitados”, dijo Shoshu. “Emocionalmente fue muy difícil. Hacer el viaje físicamente fue una cosa, pero ver a esas personas, mirarlas a los ojos, fue estremecedor”.


Konstantin Chernichkin contribuyó a este informe desde Lviv.

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