Al Servicio de los Olvidados en Georgia
Presentes en Georgia desde el colapso del comunismo y el fin de la guerra civil, Asociación Católica para el Bienestar del Cercano Oriente (CNEWA) ha trabajado en estrecha colaboración con la pequeña pero dinámica comunidad católica del país.
En el Cáucaso, un rincón del mundo que muchos han olvidado, hay decenas de miles de sobrevivientes decididos y personas de fe que recuerdan.
Ellos recuerdan las guerras y los terremotos. Ellos recuerdan los sacrificios y sus luchas. Ellos recuerdan la fe que los ha sostenido a lo largo de los siglos.
Y ellos saben y recuerdan que no están solos.
En lo alto de las montañas, entre Asia y Europa, el pueblo de Georgia sabe que CNEWA y su gran familia de donantes y benefactores están con ellos.
El pueblo de Georgia no ha sido olvidado.
Estamos allí para apoyar y ayudar a los más vulnerables: los ancianos, los enfermos, los huérfanos y los que sufren de pobreza, abandono, hambre o abuso.
Este remoto rincón del mundo donde sirve CNEWA ha soportado siglos de dificultades que han dejado a muchos de sus habitantes enfrentando un futuro sombrío e incierto.
Pero ellos no lo enfrentarán solos.
CNEWA tiene el privilegio de trabajar junto a las comunidades armenias, caldeas y católico romanas de Georgia—y su organización benéfica, Caritas Georgia—para brindar dignidad, cuidado y esperanza a hombres, mujeres y niños pobres y olvidados.
Patrocinamos programas para madres y sus hijos, quienes son víctimas de abuso doméstico. Brindamos alimentación y atención médica a personas mayores y personas con necesidades especiales. Alentamos a los niños, ofreciéndoles consejos, una educación, una guía amorosa y las herramientas para prosperar en un mundo cambiante.
Caminamos junto a sacerdotes y religiosas devotos y amorosos que llevan la Buena Nueva y los sacramentos a los hambrientos de esperanza.
Ahora, más que nunca, ellos necesitan nuestro apoyo. Necesitan compasión y cuidado.
Ellos necesitan de usted.
¿No se uniría a nosotros?
Sus oraciones y regalos son una manera de recordarles que no están solos. Usted puede ayudar a restaurar una vida. Y brindar esperanza.
Con ese espíritu de esperanza, le pedimos que extienda su mano a aquellos que realmente se encuentran en un momento de necesidad, en estos momentos.
Que Dios le bendiga abundantemente por su generosidad de espíritu.
¡Gracias!