Tetiana Stawnychy, presidenta de Caritas Ucrania, visitó la sede de CNEWA en Nueva York en noviembre para discutir las prioridades de Caritas Ucrania y las necesidades dentro del país en medio de la guerra en curso.
Cáritas Ucrania, una organización paraguas nacional con una serie de oficinas establecidas en las comunidades greco-católicas locales, ha llegado a 2.995.000 beneficiarios, con un total de más de 4.992.000 servicios, desde que comenzó la invasión a gran escala de Rusia en febrero de 2022. Aun así, más de 17,6 millones de ucranianos necesitan asistencia humanitaria, de los cuales 3,67 millones son desplazados internos.
Stawnychy destacó dos puntos focales de la organización,en los que la respuesta de Caritas varía según las necesidades regionales. En la línea del frente y a lo largo de las fronteras, la atención se centra principalmente en el suministro de artículos de primera necesidad, como alimentos, agua, higiene y refugio. En las zonas liberadas o desocupadas, gran parte de la infraestructura ha sido destruida, por lo que la ayuda se centra en la estabilización, con el apoyo psicosocial y la integración social como ejemplos. En el resto del país, principalmente en el oeste, un gran número de desplazados necesitan asistencia humanitaria y los sistemas médicos, educativos y de servicios sociales enfrentan constantes obstáculos.
Una prioridad permanente de Caritas Ucrania es responder a las necesidades de los niños, dijo, en particular en lo que respecta al apoyo psicosocial y la educación. La guerra ha dañado o destruido más de 3.200 instalaciones educativas, y muchas escuelas han cerrado y ofrecen el aprendizaje en línea, dejando a 5,3 millones de niños sin acceso a la educación.
Stawnychy expresó su preocupación por los niños de todas las edades, desde preescolar hasta secundaria, cuyas vidas se han visto fundamentalmente alteradas, primero por el COVID-19 y ahora por la guerra. Muchos niños pequeños no han aprendido a leer ni a escribir, dijo.
Ella dijo que cuando termine la guerra, las escuelas no deben centrarse en hacer que los niños regresen al lugar donde se habían quedado en su educación, sino en crear “nuevas vías” y utilizar metodologías de enseñanza que aborden el trauma y las experiencias de aprendizaje que los niños vivieron durante la guerra.
Stawnychy habló de la sanación que ocurre en el personal, voluntarios y beneficiarios de Caritas Ucrania, a pesar de los desafíos y la tragedia que enfrenta Ucrania, en lo que denominó “la espiritualidad del encuentro”. Caritas no solo entrega cajas de alimentos u otro tipo de ayuda, explicó, sino que fomenta las conexiones y relaciones humanas.
Eso da como resultado un entorno en el que se respeta la dignidad de los beneficiarios y tiene un profundo impacto en sus vidas. Muchas personas desplazadas asistidas por Cáritas deciden ser voluntarias en la organización. Según la Stawnychy, el 40% de los voluntarios y aproximadamente 400 miembros del personal están registrados oficialmente como desplazados internos.
CNEWA ha seguido apoyando la ayuda humanitaria de Caritas Ucrania durante la guerra, lo que incluye el envío de paquetes de alimentos, y brindar apoyo psicosocial y alojamiento para los desplazados. Su donación puede apoyar el trabajo dedicado de Caritas Ucrania.