Sana sus Heridas, Restaura sus Sonrisas
En CNEWA, nuestra misión es llevar esperanza a los más vulnerables, especialmente a los niños. A través de los paisajes escarpados del Cuerno de África, Europa del Este, el Medio Oriente y más allá, las comunidades a las que servimos se enfrentan a desafíos abrumadores a diario. En ninguna parte es esto más evidente que en las vidas de los niños que encuentran seguridad, cuidado y un futuro más brillante a través de las iniciativas de cuidado infantil de la iglesia, que CNEWA apoya con orgullo.
Desde la Ucrania devastada por la guerra hasta las áridas tierras de Etiopía, el apoyo de CNEWA a estos programas marca diferencias que cambian vidas:
- Los programas de Caritas en Ucrania proporcionan rehabilitación psicosocial a niños traumatizados por la guerra
- En Etiopía, el Hogar Infantil Kidane Mehret cuida de los niños enfermos y discapacitados cuyas familias no pueden hacerlo
- Los hogares que ofrecen seguridad para niños huérfanos, como St. Abanoub en Port Fouad y St. Marina en Port Said, ofrecen amor y estabilidad a los más vulnerables de Egipto
- Los centros El Principito en Armenia garantizan que los niños de esta región devastada por la guerra tengan acceso a comidas saludables, tutoría y apoyo social.
Cada uno de estos programas refleja el núcleo de nuestro trabajo en CNEWA: empoderar a los niños para que superen inmensos obstáculos y prosperen en un entorno enriquecedor.
Los niños bajo nuestro cuidado han enfrentado dificultades inimaginables. Han huido de conflictos y zonas de guerra; soportado pobreza, hambre y sequías; han perdido a familiares a causa de desastres naturales, guerras o trata de personas. Con su generosidad, CNEWA proporciona elementos esenciales como educación, atención médica y un espacio seguro para crecer, brindando a cada niño la oportunidad de sanar y prosperar. Bajo la guía compasiva de hermanas religiosas, sacerdotes y cuidadores capacitados, estos niños no solo recuperan un sentido de estabilidad, sino que también aprenden los valores de la bondad, la autosuficiencia y el cuidado de nuestro planeta.
Estos programas también ofrecen asesoramiento psicosocial, ayudando a los niños a recuperarse del trauma, el abandono y el abuso. El Papa Francisco nos recuerda: “Los niños que tienen esperanza son niños que sonríen”. Sin embargo, muchas de los niños con los que nos hemos encontrado han perdido la sonrisa.
Juntos, podemos devolverles las sonrisas.
Al realizar una donación hoy, usted puede proporcionar estabilidad y consuelo a un niño necesitado. Puede ayudarlos a sanar de profundas cicatrices emocionales. Puede ofrecerles un futuro lleno de esperanza y oportunidades.
Estos esfuerzos que realizan las iglesias dependen de la compasión y generosidad de benefactores como ustedes. Por favor, considere convertirse en un donante mensual para apoyar nuestro trabajo por estos niños. Su apoyo constante garantiza su acceso a recursos vitales y atención a largo plazo.
En nombre de todos los niños a los que servimos, gracias por su amabilidad y generosidad. Llevemos sanación y esperanza a sus corazones, a partir de hoy.