Cuando era joven, mi sueño era tener un gran impacto en el mundo.
Sin embargo, a medida que crecía, me di cuenta de que el mundo era más grande de lo que había pensado. No renuncié a mi sueño; simplemente lo adapté, centrándome en ayudar a mi propia comunidad cristiana en la Franja de Gaza.
La pequeña comunidad cristiana palestina de Gaza, que cuenta con unas 1.000 personas, está orgullosa de su patria y de su fe. Los cristianos palestinos constituyen apenas el 0,05 por ciento de los más de 2 millones de habitantes de mayoría musulmana en la Franja de Gaza, y la vida cotidiana, para cristianos y musulmanes, es un desafío.
Durante más de 15 años, los habitantes de Gaza han vivido bajo estricto confinamiento. Egipto e Israel impusieron un bloqueo cuando los habitantes de Gaza eligieron candidatos de Hamas para dirigir su gobierno. El bloqueo impide la libre circulación tanto de personas como de mercancías.
Vecindarios atiborrados, ruido y contaminación, servicios básicos limitados, así como el acceso al agua potable, la electricidad y los servicios básicos de atención médica, son algo común. La pobreza y el desempleo son rampantes y la mayoría de los desempleados son jóvenes.
Años de guerra y bombardeos han causado un impacto psicológico profundo y duradero en personas de todas las edades, especialmente en las generaciones más jóvenes, que nunca han conocido otras circunstancias. A pesar de todas las dificultades, los habitantes de Gaza siguen siendo adaptables y resilientes.
Yo también experimenté la desesperación y la desesperanza que otros jóvenes de Gaza han sentido y siguen sintiendo hoy. Una vez fui una persona joven sin oportunidades para expresarme, y me hizo sentir “atado”. Sin embargo, a través del programa de liderazgo de CNEWA-Misión Pontificia, finalmente tuve la oportunidad de crecer, desarrollar y adquirir las habilidades que necesitaba para tener éxito.
“Creo en ayudar a los cristianos a ver que invertir en sí mismos ayudará a mejorar su situación y alcanzar sus metas”.
CNEWA-Misión Pontificia ha estado presente y trabajado en Gaza durante casi un siglo, lo que mostrando el compromiso de la iglesia de ayudar a los cristianos locales a permanecer firmes. En los últimos años, el equipo con sede en Jerusalén ha iniciado un programa de becas que brinda a los estudiantes cristianos talentosos y ambiciosos la oportunidad de obtener una licenciatura.
Como complemento al programa de becas, CNEWA-Misión Pontificia también ha implementado un programa de empleo, asociándose con organizaciones cristianas locales para proporcionar colocación temporal para jóvenes graduados dentro de sus respectivos campos profesionales. Esta oportunidad de empleo temporal no solo ayuda al graduado a adquirir experiencia y desarrollar las habilidades laborales adecuadas, sino que también proporciona un ingreso muy necesario para sus familias.
Creo en ayudar a los cristianos a reconocer que invertir en sí mismos ayudará a mejorar su situación y les ayudará a alcanzar sus metas. Estas oportunidades ayudarán a los jóvenes a desarrollar habilidades, adquirir experiencia, convertirse en líderes espirituales o comunitarios y retribuir a su comunidad.
Tuve la suerte de participar tanto en el programa de liderazgo, donde me otorgaron una beca completa para mi licenciatura, como en el programa de empleo, donde me colocaron con una organización local basada en la comunidad. Trabajé duro y, eventualmente, mejoré mis habilidades laborales, tomando cursos adicionales para desarrollar otras competencias profesionales y experiencia.
A los 29, ahora soy el director gerente del Centro Cultural y Social Ortodoxo Árabe en Gaza. El centro, que tardó años en desarrollarse, abrió oficialmente en septiembre de 2021. Desde entonces, cerca de 40.000 personas han visitado el centro y se han beneficiado de sus servicios e instalaciones de última generación.
Creado para servir a la comunidad local, el Centro Cultural y Social Ortodoxo Árabe emplea a un personal de tiempo completo de aproximadamente 12 personas y da la bienvenida a estudiantes internos. A unos 21 jóvenes se les ha ofrecido esta forma de trabajo estable y esperamos que, a medida que crezcan las actividades, se emplee a más jóvenes.
El edificio de dos pisos cuenta con un gimnasio, un salón de banquetes, un auditorio, salas de usos múltiples y espacio para conferencias. El gimnasio proporciona un espacio seguro y protegido para que hombres y mujeres practiquen deportes y mantengan su salud y bienestar, especialmente importante dada la dificultad de practicar deportes en las calles de Gaza, en particular para las mujeres jóvenes. El jardín al aire libre incluye un parque infantil y un ambiente agradable y relajante para actividades al aire libre para adultos.
Las actividades sociales y culturales también son limitadas en Gaza, especialmente para actividades y programas conjuntos cristiano-musulmanes o actividades mixtas. Por esta razón, tener el centro en Gaza bajo una comunidad cristiana de mente abierta pero reservada es extremadamente vital para ofrecer a todos los miembros de la comunidad la oportunidad de reunirse e interactuar, preservando así el tejido de la comunidad.
CNEWA-Misión Pontificia también participó en la puesta en marcha del centro, proporcionando pequeñas subvenciones durante la última década para ayudar con el proceso de construcción. Sin embargo, lo que es más importante, su apoyo vital contribuyó a los salarios de los empleados durante este primer año de operación del centro, hasta que el centro pudo comenzar a generar ingresos.
Esto permitió al equipo del centro implementar su plan operativo y publicitario sin la carga y la presión de cubrir los salarios.
Además, el acompañamiento y el asesoramiento ofrecido por el personal de CNEWA-Misión Pontificia durante los primeros meses del centro, ayudando a la administración a realizar su trabajo e implementar sus planes, fueron valorados más allá de lo que se puede imaginar.
Rami Tarazi es el director gerente del Centro Cultural y Social Ortodoxo Árabe en Gaza.