Obsequie un Regalo de Vida
Mayo, el mes de la devoción mariana en nuestra tradición católica, nos invita a reflexionar sobre el valiente “sí” que la Virgen María dio a Dios, un sí que trajo al mundo a su hijo y a nuestro salvador Jesús. En CNEWA, honramos ese santo ejemplo apoyando a las mujeres que dicen “sí” a la esperanza, a la sanación y a un futuro mejor para sus hijos y para ellas mismas, todos los días.
En todo el mundo, desde Tierra Santa hasta el Cuerno de África, desde Ucrania hasta el Cáucaso, las mujeres acuden a las numerosas y diversas organizaciones asociadas de CNEWA con poco más que coraje. A menudo anteponen las necesidades de sus hijos a las suyas propias, y ellas quienes están atrapados en las circunstancias más extremas necesitan nuestro apoyo.
Ellas, quienes han elegido la vida, ahora necesitan su ayuda en su necesidad de cuidar de sus preciosos hijos y familias.
Gracias a amigos generosos como ustedes, respondemos con cuidado compasivo:
- En Georgia, el Centro de Cuidado Materno Infantil de Santa Bárbara, administrado por Caritas Georgia, ofrece refugio a las madres que han escapado de la violencia doméstica. Con paciencia, amor, asesoramiento y apoyo de habilidades, las mujeres comienzan una nueva vida basada en la dignidad y la independencia.
- En Etiopía, la Clínica Mendida Medhanialem, dirigida por las Hermanas de la Divina Providencia, proporciona atención médica, medicamentos y nutrición a niños desnutridos y mujeres marginadas.
- En Jordania, la Clínica Madre de la Misericordia de Zerqa, operada por las Hermanas Dominicas de Santa Catalina de Siena, trata a mujeres que sufren de trauma psicológico y abuso doméstico con atención basada en la doctrina social católica.
Estos son solo algunos de los muchos programas sostenidos por la misericordiosa generosidad de nuestra familia de donantes. En estos centros, las madres y sus hijos son tratados con el respeto y la dignidad que merecen, — ¡que todos merecemos! — por médicos y trabajadores sociales con un profundo conocimiento de los desafíos que enfrentan las mujeres y sus familias.
Estos programas necesitan su ayuda para continuar. Con cada acto de compasión y apoyo financiero, afirmamos la dignidad inherente de cada madre y cada niño. ¡Juntos, podemos alzar nuestras voces en una súplica sincera por la justicia, por la paz, por la sanación y por la protección de todos aquellos expuestos al quebrantamiento del mundo!
Por favor, diga “sí” a nuestros pedidos de ayuda.
Juntos, podemos brindar atención médica que salva vidas, romper ciclos de abuso y restaurar la dignidad y la paz para aquellos que han perdido tanto, construyendo un futuro mejor una familia a la vez.
Gracias.