Un obispo católico armenio está pidiendo oraciones y acción en momentos en que unos 120.000 armenios étnicos enfrentan lo que él y otros expertos llaman “genocidio por inanición”.
“Es una violación de todo tipo de ley”, dijo a OSV News el Obispo Mikael A. Mouradian de la Eparquía Católica Armenia de Nuestra Señora de Nareg, con sede en California. La eparquía es parte de la Iglesia Católica Armenia, una de las 24 iglesias autónomas en plena comunión con el obispo de Roma que forma parte de la comunión católica mundial de iglesias.
Durante los últimos nueve meses, las fuerzas azerbaiyanas han bloqueado la única carretera que conduce de Armenia a Nagorno-Karabaj (conocida por los armenios como Artsaj), un enclave armenio histórico ubicado en el suroeste de Azerbaiyán y reconocido internacionalmente como parte de esa nación.
El bloqueo del Corredor Lachin de tres millas (cinco kilómetros), que conecta el enclave de aproximadamente 1.970 millas cuadradas con Armenia, ha privado a los residentes de alimentos, fórmula para bebés, aceite, medicamentos, productos higiénicos y combustible, incluso cuando un convoy de camiones con un estimado de 400 toneladas de ayuda está estancado en el único puesto de control azerbaiyano.
Según BBC News, la periodista local Irina Hayrapetyan ha informado que algunos residentes se han desmayado de hambre mientras esperaban en la fila para obtener raciones de subsistencia.
En febrero, la Corte Internacional de Justicia ordenó a Azerbaiyán que garantizara “el movimiento sin obstáculos de personas, vehículos y carga a lo largo del Corredor Lachin en ambas direcciones”.
Sin embargo, el Comité Internacional de la Cruz Roja dijo en julio que “a pesar de los esfuerzos persistentes” la Cruz Roja “no puede llevar asistencia humanitaria a la población civil a través del Corredor Lachin o a través de cualquier otra ruta”.
Ese mismo mes, el secretario de estado de Estados Unidos, Antony Blinken, urgió al presidente de Azerbaiyán, Ilham Aliyev, a garantizar el tránsito por el corredor y continuar las negociaciones de paz.
Estados Unidos está “profundamente preocupado por la situación humanitaria en Nagorno-Karabaj”, dijo Linda Thomas-Greenfield, embajadora de Estados Unidos ante las Naciones Unidas, durante una sesión informativa del Consejo de Seguridad de la ONU el 16 de agosto sobre Armenia y Azerbaiyán. “El acceso a alimentos, medicinas, fórmula para bebés y energía nunca debe ser tomado como rehén”.
Sus comentarios hicieron eco de los hechos a principios de agosto por cuatro relatores especiales de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos.
Luis Moreno Ocampo, fiscal jefe fundador de la Corte Penal Internacional, dijo que el bloqueo equivale a una violación directa de la Convención sobre el Genocidio de 1948, que prohíbe el “sometimiento intencional del grupo a condiciones de existencia que hayan de acarrear su destrucción física, total o parcial”.
“Es hora de que Estados Unidos y otras potencias mundiales actúen”, dijo en una declaración en línea el 11 de agosto.
Con el área rodeada por Azerbaiyán, de mayoría musulmana, el bloqueo equivale a una “limpieza étnica de cristianos”, ya que “el único pueblo cristiano en el Cáucaso son ahora los armenios”, que “no son nuevos en la region”, dijo el obispo Mouradian.
“Los armenios han vivido en esa tierra durante más de 3.000 años”, dijo, “Hay muchas iglesias allí desde los siglos IV, VIII, XIX. No es algo nuevo para los armenios”.
Armenia fue la primera nación en adoptar oficialmente el cristianismo en 301, habiendo sido evangelizada por los apóstoles Tadeo y Bartolomé entre los años 40 y 60 d.C.
Tanto los armenios cristianos como los azeríes turcos vivieron durante siglos en la región de Nagorno-Karabaj, que se convirtió en parte del Imperio Ruso durante el siglo XIX. Después de la Primera Guerra Mundial, la región se convirtió en una parte autónoma de la República Socialista Soviética de Azerbaiyán.
Nagorno-Karabaj se declaró independiente en 1991 después de la caída de la Unión Soviética, y rápidamente se convirtió en el foco de una lucha de 1992 a 1994 entre Armenia y Azerbaiyán por el control de la región, con unos 30.000 muertos y más de 1 millón de desplazados. Rusia negoció un alto el fuego en 1994, y en un referéndum en 2017, los votantes aprobaron una nueva constitución y un cambio de nombre a la República de Artsaj (aunque “República de Nagorno Karabaj” también sigue siendo un nombre oficial).
Una segunda guerra estalló en 2020 cuando Azerbaiyán lanzó una ofensiva para reclamar territorio, con 3.000 soldados azerbaiyanos y 4.000 soldados armenios muertos. Las fuerzas de paz rusas estaban estacionadas para monitorear un nuevo alto al fuego y proteger el Corredor Lachin, pero los combates estallaron nuevamente en 2022.
El obispo Mouradian dijo que el bloqueo actual revive el espectro del genocidio armenio de 1915-1916, cuando hasta 1,2 millones de armenios fueron asesinados y murieron de hambre bajo el imperio otomano. Las atrocidades fueron la base para el desarrollo del término “genocidio” por parte del abogado Raphael Lemkin.
Los abuelos del obispo Mouradian huyeron de los ataques otomanos, reasentándose en el Líbano, donde el obispo de niño fue testigo de la guerra civil de esa nación.
“Sé muy bien que la guerra es algo malo”, dijo a OSV News. “La guerra y los armamentos no son la solución. El diálogo es la resolución”.
Sin embargo, advirtió contra “el diálogo que se convierte en un monólogo donde los poderosos controlan todo”, y destacó la necesidad de “un diálogo donde el respeto mutuo sea muy claro, especialmente donde el derecho a vivir libremente en tierras ancestrales sea aceptado por ambas partes”.
El obispo Mouradian también instó al gobierno de Estados Unidos a defender la sección 907 de la Ley de Apoyo a la Libertad de 1992, que prohíbe ampliamente la ayuda al gobierno de Azerbaiyán con algunas excepciones. La restricción puede ser eximida anualmente por el presidente, quien lo hizo más recientemente en enero, alegando que la medida era necesaria para los esfuerzos antiterroristas y de seguridad.
Pero la exención está permitiendo que Azerbaiyán viole los derechos humanos, dijo el obispo Mouradian.
“Azerbaiyán está utilizando la ayuda militar de Estados Unidos para atacar ciudades armenias en Artsaj”, dijo, y señaló que se han reportado abusos contra los derechos humanos, además de los incurridos por el bloqueo.
El año pasado, el Parlamento Europeo reconoció y condenó una “política sistemática a nivel estatal de ‘armenofobia’, revisionismo histórico y odio hacia los armenios promovida por las autoridades azerbaiyanas”.
Los guardias fronterizos azerbaiyanos en la región han sido acusados de secuestros y detenciones ilegales.
“Armenia es el único país democrático de la region”, dijo el obispo Mouradian, y agregó que “los valores que hicieron que la historia humana (valiera la pena) se están perdiendo hoy en día”.
“Es una libertad dada por Dios… vivir en la tierra de nuestros antepasados y hacer nuestras propias leyes de acuerdo con las creencias que tenemos, ya sean armenios, turcos, ucranianos, rusos”, dijo. “Como seres humanos, tenemos derecho a vivir libremente en esta tierra”.