CNEWA-Misión Pontificia condena el inadmisible ataque militar israelí de ayer, 17 de julio, contra la Iglesia Católica de la Sagrada Familia en Gaza. El ataque provocó la muerte de tres personas e hirió a muchas, entre ellas el párroco, el padre Gabriel Romanelli. Que las almas de los difuntos descansen en paz. Que los heridos reciban la atención médica necesaria para su plena recuperación. La iglesia y sus terrenos también resultaron dañados, que alguna vez fueron refugios seguros que han brindado un lugar seguro para personas de todas las edades y credos.

No se puede calcular el daño psicológico y el miedo que ha provocado este ataque totalmente injustificado contra un pueblo que ya sufre el trauma de la guerra constante.
CNEWA-Misión Pontificia se une al Papa León XIV, al Cardenal Pierbattista Pizzaballa, al Patriarca Latino de Jerusalén, a todos los líderes religiosos y a todas las personas de buena voluntad, de cualquier fe, edad y cultura, para suplicar un alto el fuego inmediato y el regreso de todos los rehenes a sus familias.
CNEWA-Misión Pontificia pide a todos que se unan a nosotros para orar, en estos días, por la seguridad de Su Beatitud el Cardenal Pizzaballa, Su Beatitud Teófilo III, patriarca greco-ortodoxo de Jerusalén, y toda su delegación en su actual visita humanitaria y pastoral a Gaza. Que sus esfuerzos por llevar asistencia humanitaria y evacuar a los heridos del ataque de ayer se lleven a cabo sin obstáculos, impedimentos, ni demoras.

¡El silencio no es una opción! ¡No más violencia, no más guerra! La oración y el diálogo, el ejercicio de los más altos niveles de diplomacia y la resolución de restaurar la dignidad humana dada por Dios a todas las personas, independientemente de su credo, cultura, género, edad, política y posición social, deben ser el llamado de la hora.
¡Que Dios bendiga nuestros esfuerzos y que solo Dios juzgue nuestro silencio y cualquier indiferencia!
Mons. Peter I. Vaccari
