Nota de la redacción: Peregrinos de Sanación y Esperanza es una nueva serie lanzada para conmemorar el centenario de la fundación de CNEWA en 1926 como una iniciativa papal de sanación y esperanza.
De vez en cuando, esta serie presentará a los hombres y mujeres cuyo tiempo, tesoro, talento y fe han dado vida a este esfuerzo único de la Santa Sede. Durante generaciones, su generosidad en apoyo de las obras de las iglesias orientales ha empoderado a cada comunidad de fe en sus esfuerzos por seguir la lección del Buen Samaritano de “ir y hacer lo mismo”, ayudando a curar las heridas de un mundo quebrantado.
La abogada Marina Perna se dirigía a Boston en 2020 cuando monseñor Peter I. Vaccari, presidente de la Asociación Católica para el Bienestar del Cercano Oriente, la llamó con una propuesta para unirse a la junta directiva de CNEWA, la primera y única mujer y laica.
Ella se preguntó: “¿Por qué yo? ¿Qué es lo que puedo contribuir?”
Perna contribuye con una historia de variadas experiencias. Como abogada, asesoró a la Misión Permanente de Observación de la Santa Sede ante las Naciones Unidas durante 10 años y actualmente ofrece sus servicios legales como voluntaria para 10 seminarios.
“Tengo un amor por la iglesia”, dijo. “Tengo afecto por los sacerdotes. Siempre he pensado en los seminaristas como mis hijos”.
También es miembro de los Patronos de las Artes en el Capítulo New Yok de los Museos Vaticanos. Su variado trabajo voluntario en los Estados Unidos y en el extranjero se resume en el sitio web de CNEWA simplemente como “asesora católica global”.
CNEWA es “diferente a cualquier organización en la que haya estado involucrada”, dijo. Trabajar con CNEWA no es solo ir a una reunión, a una misa ocasional o a una recepción, dijo ella.
“Está en constante evolución. Todos los días ocurren catástrofes en todo el mundo”, dice, citando eventos como los deslizamientos de tierra en India o los terremotos en Turquía y Siria.
“Siempre estamos ahí… tratando de llegar allí”, tratando de ayudar a las personas que permanecen “indigentes y heridas y sin hogar”.
El año pasado, CNEWA agregó a la junta directive a otra laica, la filántropa Amanda Bowman. Trabajan en la dirección de la organización papal junto con el cardenal Timothy M. Dolan, arzobispo de Nueva York y presidente de la junta, otros dos prelados estadounidenses y dos arzobispos canadienses.
“Hemos invertido muchas horas, [todos] desde la junta directiva hasta las personas que trabajan en las oficinas de todo el mundo”, dijo Perna. Ella, a menudo ofrece sus conocimientos legales para “ayudar a las iglesias en Oriente y para ayudar a las iglesias en Rusia”.
La misión de CNEWA tiene que ver con los seres humanos, dice, y el trabajo de la organización con los niños es especialmente gratificante.
“Quiero tratar de atraer a la gente a CNEWA e inculcar el amor por esta organización que amo”, haciéndoles saber “cuán importantes son estas obras y cómo cada centavo importa”.
Perna obtuvo su título de abogada de la Universidad de Seton Hall en 1988 y fue elegida alcaldesa de Belleville, Nueva Jersey, a los 26 años. Fundó su propio bufete de abogados en 1991.
Una miembro del Camino Neocatecumenal, que dice que ayuda a los pobres, marginados y que sufren, ella añade: “Soy catequista; me encanta evangelizar”.
Perna no se duerme en los laureles de la labor filantrópica que ha realizado.
“La filantropía no te lleva al cielo”, dice. “Eso es demasiado fácil”.