Apoye la Ayuda de Emergencia en Tierra Santa

Ningún lugar es seguro en Gaza. En ninguna parte. Unas 60.000 personas, muchas de ellas niños, mujeres y ancianos, han muerto.
No hay refugios contra los misiles, ni siquiera para las familias que buscan refugio en las únicas iglesias que hay. Cientos de personas permanecen aglomerados en el recinto de la Iglesia de la Sagrada Familia, la única parroquia católica de Gaza. Y la antigua parroquia ortodoxa de San Porfirio sigue albergando a unas 150 familias, incluso después de haber sido bombardeada durante los primeros días del conflicto entre Israel y Hamás.
El 90 por ciento de los 2,1 millones de habitantes de Gaza están sin hogar, desplazados y viven en condiciones inseguras.
La desnutrición y el hambre son rampantes. También las enfermedades. La falta de alimentos y agua potable afecta a todos. La mayoría de las personas, incluyendo niños, se aferran a la vida, sobreviviendo con menos de una comida al día.
Gaza está en ruinas. Y las vidas de su pueblo, la mayoría de los cuales son pobres, han sido devastadas, indeleblemente. La comunidad cristiana de Gaza es diminuta y no se ha librado de los horrores de la venganza y la violencia. Pero, el Evangelio compela a los creyentes a responder, y los cristianos de Gaza están haciendo precisamente eso.
Usted puede unirse a los esfuerzos de CNEWA-Misión Pontificia para apoyar a la iglesia en Gaza a responder a las necesidades de la comunidad. Trabajando junto con el Consejo de Iglesias del Cercano Oriente, CNEWA-Misión Pontificia distribuye verduras frescas disponibles en los dos recintos parroquiales, así como a las personas que viven por su cuenta. CNEWA- Misión Pontificia ha apoyado durante mucho tiempo al Hospital Árabe Al-Ahli y, desde enero, se ha asociado con el hospital para proporcionar servicios médicos urgentes. Su donación nos ayudará a adquirir más paquetes de alimentos y agua potable para las familias y a brindar atención médica a los enfermos, desnutridos y heridos.

“Desde la Franja de Gaza se elevan cada vez más intensos al cielo los llantos de las madres y los padres, que abrazan los cuerpos sin vida de sus hijos y se ven obligados a desplazarse continuamente en busca de un poco de comida y de un refugio más seguro contra los bombardeos”, dijo el Papa León XIV.
“Renuevo mi llamamiento a los responsables: ¡que cese el fuego, que sean liberados todos los rehenes, que se respete íntegramente el derecho humanitario!”
Como miembros de la iglesia universal, devotos constructores de puentes y defensores de la paz, nos mantenemos unidos en nuestro apoyo a la dignidad de toda vida humana. Por favor, acompáñenos ahora.
Envíe su donación de emergencia ahora.