Detén la Trata de Personas Antes que Comience
En las zonas de guerra, los campos de refugiados y las comunidades empobrecidas de todo el mundo, las personas vulnerables están siendo compradas y vendidas. Juntos, podemos detenerlo.
Hace unos años, miembros del equipo ejecutivo de CNEWA visitaron un orfanato. Las hermanas que sirven allí los llevaron a una habitación y les presentaron a dos niños, una niña y su hermano.
Sus padres los habían vendido a los traficantes.
Usted puede imaginar el horror y la tragedia de una historia así. Lamentablemente, la historia de estos niños no es la única. Es solo una de muchas.
La trata de personas es una industria global de 200.000 millones de dólares. Se alimenta de aquellos que no tienen una red de seguridad:
Los hambrientos, los desempleados, los olvidados.
Nuestros socios en Ucrania están en primera línea, rescatando a las personas del caos de la guerra. Los niños que huyen de la agresión rusa son engañados para que trabajen. Otros son secuestrados y deportados por las fuerzas rusas, perdiendo sus identidades para siempre. El brazo caritativo de la iglesia, Caritas, proporciona refugio seguro, alimentos, asesoramiento sobre traumas y asistencia legal, y encabeza campañas de educación pública para prevenir la explotación.
La pobreza extrema en el Cuerno de África empuja a las familias a enviar a sus hijos a trabajar. Allí, apoyamos programas dirigidos por comunidades religiosas, como los Hijos de María Inmaculada, para enseñar habilidades laborales y proporcionar alternativas seguras, empoderando a las niñas que viven en los márgenes, y para crear espacios seguros donde los jóvenes puedan prosperar a pesar de los enormes desafíos.
En estos países y en muchos otros, la trata de personas florece donde el hambre es generalizada. Donde las escuelas están cerradas. Donde los puestos de trabajo son escasos. Donde la guerra expone a los niños, a los vulnerables, a los desprotegidos.
Con su ayuda, podemos enfrentar este flagelo contra la humanidad con amor y justicia, restaurando la dignidad dada por Dios a cada ser humano.
Su donación de hoy ayudará a:
- Financiar refugios seguros y atención de trauma para las víctimas de la trata de personas
- Apoyar programas basados en la fe que brindan esperanza, habilidades laborales y oportunidades
- Educar a las comunidades en riesgo para que reconozcan y resistan a los traficantes.
Ayúdenos a construir un mundo en el que nadie sea una mercancía.
Su compasión puede salvar vidas.