Nota del director: Antes de la invasión de Rusia, Anna Nekrasova-Wilson entrevistó a rectores y seminaristas de la Iglesia Greco-Católica Ucraniana en Ucrania para conocer lo que implica la formación de futuros sacerdotes para un país que había estado en guerra a lo largo de su frontera oriental durante ocho años. Las circunstancias del país requerían una formación que permitiera a los sacerdotes estar “más cerca de la gente” en su dolor y sufrimiento, dijeron. Y más aún después de la invasión de Rusia. Escuche las impresiones de su reportaje, presentado en la edición de septiembre de la revista ONE, y las ideas clave que se llevó de sus entrevistas. A continuación, presentamos una transcripción completa traducida al español. El audio solo está disponible en inglés.
La formación de los futuros sacerdotes es una de las tareas fundamentales de la Iglesia, ya que se trata de su propio futuro. En este artículo, exploramos cómo la Iglesia Greco-Católica Ucraniana forma una nueva generación de líderes cristianos y qué desafíos enfrentan hoy.
Para los jóvenes en Ucrania, convertirse en sacerdote no siempre es una decisión fácil. Y en algunos casos, no tienen el apoyo de familiares y amigos, ya que hay muchas otras oportunidades para que los jóvenes tengan éxito y ayuden a la iglesia de otras maneras. El globalismo y el dinamismo del mundo moderno afecta a la generación más joven, especialmente cuando necesitan tomar una decisión de por vida, y se está convirtiendo en todo un desafío para las personas que están pensando en ir al seminario.
Sin embargo, el mayor desafío para la sociedad ucraniana y la iglesia es una guerra continua de ocho años, que también afecta el enfoque del programa de formación. Los sacerdotes tienen que servir en diferentes condiciones y lidiar con mucho dolor y tristeza humana.
Hablamos con los rectores de seminario y los seminaristas sobre los detalles de la enseñanza y la preparación de los candidatos para el sacerdocio y les pedimos que compartieran sus preocupaciones y pensamientos y, sobre todo, sus experiencias. Una de las principales preguntas que hice en mi investigación fue: “¿Qué significa ser un buen sacerdote hoy?”
Muchas personas con las que tuve la oportunidad de hablar enfatizaron una cosa simple pero importante: ser un buen sacerdote es, ante todo, ser una buena persona. Tan simple, pero tan difícil al mismo tiempo.
El camino que los sacerdotes siguen a lo largo de sus vidas y la educación en el seminario es un primer paso importante que los prepara para su servicio y les da la plataforma para desarrollarse en las dimensiones fundamentales —espiritual, intelectual, pastoral y humana— en esta combinación que ayuda a construir una nueva identidad para los futuros sacerdotes, un sacerdote que no tiene miedo de compartir su experiencia honesta. En primer lugar, espiritual, pero también su experiencia como persona.
Anna Nekrasova-Wilson es una periodista y productora de Ucrania, actualmente con sede en Londres. Ha trabajado con USA TODAY, Die Zeit y The Wall Street Journal.