FILADELFIA (OSV News) – El ataque ruso con aviones no tripulados contra un jardín infantil en la segunda ciudad más grande de Ucrania es “otra señal más de la implacable barbarie de los invasores rusos”, dijo el metropolitano Borys A. Gudziak de la Archieparquía de Filadelfia.
“La claridad moral y la diferencia entre el agresor y la víctima no pueden ser más claras”, dijo en un comunicado a OSV News.
Al menos una persona murió y seis resultaron heridas cuando drones rusos atacaron un jardín infantil privado en Kharkiv, con niños presentes en el edificio.
En medio del ataque, que tuvo lugar el 22 de octubre aproximadamente a las 9 a.m. hora local, los maestros llevaron con éxito a los 48 estudiantes a refugios antiaéreos, según el alcalde de Kharkiv, Ihor Terekhov.
El presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, dijo que muchos niños estaban “experimentando reacciones de estrés agudo” después del ataque.
“No hay justificación para un ataque con aviones no tripulados contra un jardín infantil, ni nunca la puede haber”, dijo Zelensky, quien calificó los ataques como “una bofetada de Rusia a todos los que insisten en una solución pacífica”.
El ataque al jardín infantil de Kharkiv se produjo después de un intenso bombardeo nocturno por parte de Rusia, diseñado a paralizar la red energética de Ucrania a medida que se acerca el invierno, en el que dos personas murieron y 29 resultaron heridas en Kiev. Otras cuatro personas, entre ellas un bebé de 6 meses y un niño de 12 años, fueron asesinadas en la región circundante de la capital.
“Debería quedar claro para todos que Putin no quiere la paz”, dijo el arzobispo Gudziak. “En la búsqueda [de Rusia] por la conquista, los invasores no se detienen ante nada”.
También pidió a los cristianos rusos de todo el mundo que denuncien los ataques de Rusia contra Ucrania, que se iniciaron en 2014 antes de la invasión a gran escala en 2022, y que han sido descritos como genocidio en dos informes conjuntos del Instituto New Lines y el Centro Raoul Wallenberg para los Derechos Humanos.
“Pido a todos los ortodoxos rusos en los Estados Unidos y en todo el mundo que se pronuncien inequívocamente contra esta invasion”, dijo el arzobispo Gudziak.
El Vaticano también ha subrayado la urgencia de que el mundo se una por la paz en Ucrania, citando los peligros de la radiación atómica que plantean “las hostilidades en curso en torno a la central nuclear de Zaporiyia”, que las fuerzas rusas han ocupado desde marzo de 2022.
El estado de la planta, la más grande de Europa, se ha deteriorado bajo la ocupación rusa.
Cuando se dirigió ante la Asamblea General de las Naciones Unidas el 22 de octubre, el arzobispo Gabriele G. Caccia, observador permanente de la Santa Sede ante las Naciones Unidas, señaló “los graves peligros que surgen cuando la infraestructura nuclear civil se enreda en la guerra”.
“El Organismo Internacional de Energía Atómica ha advertido repetidamente de las consecuencias catastróficas de una fuga de radiación de esta instalación, que afectaría no solo a la población ucraniana, sino también a los países vecinos y al medio ambiente mundial”, dijo el arzobispo Caccia. “Se deben tomar medidas preventivas urgentes para garantizar la seguridad de los civiles y proteger la creación”.