El ataque terrorista lanzado por Hamas contra Israel el sábado 7 de octubre ha cobrado la vida de muchos israelíes y palestinos inocentes. La Asociación Católica para el Bienestar del Cercano Oriente, CNEWA reconoce el derecho de Israel a defenderse.
Esperamos y oramos por la liberación inmediata de todos los rehenes. Esperamos y oramos por el establecimiento de corredores humanitarios de socorro y por el acceso continuo, seguro y necesario al agua potable, higiene, alimentos, medicinas y kits de emergencia que estén disponibles para todos.
CNEWA lamenta la pérdida de todas las vidas inocentes. La legítima defensa debe admitir parámetros de proporcionalidad. CNEWA lamenta el derramamiento de sangre de todos los palestinos y de todos los israelíes. El ataque con cohetes de la semana pasada contra el hospital árabe Al Ahli causó la destrucción de un hospital en el que todos, independientemente de su fe, se han beneficiado del apoyo de CNEWA durante muchos años. El ataque en el campus de la iglesia ortodoxa griega de San Porfirio incluyó la muerte de los padres y la sobrina pequeña de un miembro del personal de CNEWA.
Una vez más, nos preguntamos: ¿qué podemos hacer? Una vez más, recordamos las palabras del Papa San Pablo VI: “Si quieres la paz, trabaja por la justicia”.
Oren por la paz. Únanse al Papa Francisco en un día de oración, penitencia y ayuno por la paz mundial en Tierra Santa y en todo el mundo el viernes 27 de octubre. Mientras rezamos por la paz en Tierra Santa, no podemos olvidar el sufrimiento de la “Ucrania martirizada”, ni la expulsión y el desplazamiento de los armenios étnicos de la región de Nagorno-Karabaj. Recen el rosario todos los días por la paz mundial.
Manténganse informados. Escuchen la radio católica. Lean sus periódicos o revistas católicas, especialmente el sitio web y el blog de CNEWA, para obtener actualizaciones y noticias.
Ayuda. Necesitamos su apoyo económico para nuestra ayuda de emergencia sobre el terreno en Tierra Santa.
La misión de CNEWA es clara:
Durante casi 100 años, CNEWA ha caminado lado a lado con los necesitados. Hemos orado con ellos cuando fueron atacados, los hemos consolado cuando estaban afligidos, los hemos alimentado cuando tenían hambre, los hemos vendado cuando sangraban, los hemos protegido cuando no tenían un lugar al que llamar hogar.
Como siempre, con el corazón temeroso y la voz temblorosa invocamos la poderosa intercesión y protección de la Virgen de Nazaret, María, nuestra madre, la madre de todos nosotros.
¡Que todas las religiones encuentren un hogar en Jerusalén!
Mons. Peter I. Vaccari
Presidente
CNEWA y la Misión Pontificia