Este es un artículo relacionado con la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos 2022, el reverendo Paul Wattson, y CNEWA.
El Siervo de Dios Paul Wattson, conocido popularmente como el padre Paul, junto con la Hermana Laurana White, cofundó la Sociedad de la Expiación (conocida como Graymoor) en la Iglesia Episcopal. Desde el principio, la comunidad de frailes y hermanas se dedicó a la obra de la unidad de los cristianos. En 1908, el Padre Paul inició la Octava de Unidad de la Iglesia (18-25 de enero), que se ha convertido en la Semana mundial de Oración por la Unidad de los Cristianos, observada en la mayoría de las iglesias.
Al año siguiente, en 1909, el padre Paul, la hermana Laurana y la joven comunidad entraron en plena comunión con la Iglesia Católica. Es importante subrayar que esto se hizo sin ningún rencor. El padre Paul y la comunidad continuaron teniendo afecto por la Comunión Anglicana y sus sucesores continúan manteniendo cálidas relaciones con ella. Sin embargo, el Padre Paul vio la plena comunión con la Iglesia Católica como el siguiente paso en su vocación personal y comunitaria para promover la unidad de los cristianos.
No está claro qué conocimiento, si es que tenía alguno, tenía el padre Paul del sui juris (autonomía) de las iglesias orientales católicas antes o inmediatamente después de convertirse en católico. Sin embargo, eso cambiaría radicalmente en los años posteriores al final de la Primera Guerra Mundial. La caída del Imperio Turco Otomano en 1922 desató un sufrimiento y una persecución increíbles para millones de cristianos que habían sido súbditos del sultán. La gran mayoría de estos cristianos eran ortodoxos o católicos orientales. El padre Paul se dedicó intensamente en ayudarlos. Hizo esto recaudando fondos y educando a los cristianos en Occidente sobre la existencia y la difícil situación de estas comunidades de fe a menudo desconocidas.
Sus esfuerzos tomaron forma concreta cuando cofundó la Asociación Católica para el Bienestar del Cercano Oriente (CNEWA) en 1924 con Mons. Richard Barry-Doyle y el obispo católico bizantino griego George Calavassy. Dos años más tarde, la Santa Sede reconoció sus esfuerzos y, en marzo de 1926, el Papa Pío XI la refundó como agencia papal, colocándola bajo el Dicasterio para las Iglesias Orientales.
Incluso después de que la situación de los cristianos en el Medio Oriente mejorara un poco, el padre Paul mantuvo un gran interés en estas iglesias, desempeñando un papel clave, por ejemplo, en la fundación de la Iglesia Católica Syro-Malankara en el suroeste de la India. Uno tiene la sensación de que la existencia misma de estas iglesias católicas orientales le dio una idea de la unidad de los cristianos que quizás no haya tenido, o que tenía con claridad, anteriormente. Si, como sacerdote episcopal estadounidense, la experiencia del padre Paul de la Iglesia católica fue principal o exclusivamente del rito latino, la Iglesia católica y la catolicidad, y la “unidad”, que él experimentó hubieran sido más bien uniformes y monolíticas.
Su experiencia y, hay que señalarlo, su fascinación por las iglesias orientales le proporcionaron al padre Paul una comprensión mucho más amplia de la catolicidad de la Iglesia católica. Si la catolicidad de la Iglesia católica lo llevó a convertirse en católico, su experiencia de las iglesias católicas orientales amplió enormemente su comprensión de lo que significaba esa catolicidad.
La rica y a veces, para los católicos de rito latino, desconcertante diversidad de las iglesias orientales deja en claro que “ut omnes unum sint” —“que todos sean uno”— definitivamente no significa “que todos sean uniformes”. La catolicidad de la Iglesia Católica no solo tolera la diversidad, sino que ve la diversidad como una de las “marcas de la iglesia”.
Una comprensión más amplia de la catolicidad y, por tanto, de la unidad de los cristianos tiene un profundo impacto en la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos. En cierto sentido, hace que la Semana de Oración sea más desafiante. Cuando la unidad cristiana se ve en términos de comunión y catolicidad, se torna en algo más evasivo que una simple búsqueda de uniformidad. La búsqueda exige abertura y una gran madurez y sensibilidad spiritual. Exige coraje para afrontar lo diferente y al otro y estar dispuesto a juzgar “el valor de los dones del Espíritu” (1 Corintios 12,10) en cualquier dirección que los lleve.
Pío XI afirmó el papel de CNEWA no solo para ayudar a las iglesias orientales, sino también para educar a los cristianos de y en Occidente sobre ellas. El tema de la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos 2022 es “Hemos Visto Aparecer su Estrella en el Oriente y Venimos a Adorarlo” (Mateo 2,2). El tema y las oraciones fueron elegidos en cooperación con el Consejo de Iglesias del Oriente Medio.
La experiencia del Padre Paul, la misión de CNEWA de brindar educación sobre las iglesias orientales y el tema de la Semana de Oración indican que el desafío no es simplemente informarse sobre las iglesias orientales, sino, como con el Padre Paul, ser ampliados por su existencia. Si nuestra noción de unidad cristiana es de uniformidad, si la catolicidad significa poco más que marchar al unísono, estamos equivocados. El llamado de CNEWA, así como el tema de la Semana de Oración, para que “veamos la estrella en el Oriente” es una invitación y un desafío para abrir nuestras mentes y espíritus a una comprensión mucho más rica de lo que significa ser verdaderamente católico.
Un fraile franciscano de la Expiación, el padre Elias Mallon es el oficial de asuntos externos de CNEWA.