Escritura
- Apocalipsis 22, 5-9: porque Dios el Señor los iluminará.
- Mateo 2, 7-10: La estrella que habían visto en el oriente iba delante de ellos.
Meditación
Una y otra vez las escrituras nos dicen cómo el Señor Dios camina con el pueblo de Dios, lo protege y lo vigila día y noche. En todo nuestro caminar por la vida, podemos confiar en que Dios, que no «duerme ni se adormece», nos protege para que nuestros pies no resbalen y caigamos.
Incluso en la mayor oscuridad, Cristo es la luz que guía a todas las naciones, la gloria de Dios en el mundo, la fuente de la vida divina, sellando una nueva alianza en su sangre.
El camino hacia la unidad de los unos con los otros, y por tanto hacia una unión más estrecha con Cristo, no siempre está claro. En nuestros serios intentos de construir la unidad nosotros mismos, es demasiado fácil perder de vista este mensaje fundamental de las Escrituras: Dios no abandona al pueblo de Dios ni siquiera en sus fracasos y divisiones. Como nos recuerda la historia de los Reyes Magos, Dios guía a personas de todo tipo, con la luz de la estrella, hacia donde se encuentra Cristo, la luz del mundo.
Dios envía el Espíritu Santo cuya luz nos permite ver con los ojos de la fe la verdad del Niño divino, y la llamada a la unidad y a la reconciliación de todas las cosas en él. Es este Espíritu el que nos lleva de la oscuridad y la tragedia a la luz y la vida de Cristo.
Oración
Señor Dios, Padre nuestro, aumenta nuestra esperanza en ti y haznos saber en todo mo- mento que caminas con nosotros, velando por tu pueblo. Abre nuestros ojos a tu Espíritu, y anímanos en nuestra fe, para que confesemos que Jesús es el Señor, y lo adoremos y nos regocijemos en él como hicieron los Reyes Magos en Belén. Te pedimos estas bendiciones en nombre de tu Hijo Jesucristo.
Amén.
Extraído de los recursos para la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos en el sitio web de los Frailes de la Expiación.