Siete personas murieron y hasta 13 resultaron heridas en un ataque a gran escala con drones rusos contra Kiev y Odesa, que también dañó la histórica Catedral de Santa Sofía. El asalto de cinco horas, en el que Rusia disparó más de 315 drones, fue “uno de los mayores” ataques contra la capital de Ucrania en los tres años de guerra, dijo el presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky.
El ministro de cultura ucraniano, Mykola Tochytskyi, dijo que una explosión dañó la cornisa del ábside principal de la catedral, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, que sirve como la Iglesia madre de todos los cristianos que tienen sus raíces en la antigua Rus, católicos y ortodoxos.
El Gran Príncipe Volodymyr de la Rus de Kiev aceptó el cristianismo en su forma bizantina en el siglo X. La construcción de la catedral comenzó en el siglo XI.
“El ataque masivo con drones, el mayor de la guerra, golpeó el corazón de Ucrania: la Catedral de Santa Sofía, también conocida como Santa Sabiduría”, dijo el metropolitano Borys Gudziak, arzobispo de la archieparquía greco-católica ucraniana de Filadelfia.
“Este lugar sagrado ha resistido las invasiones y la persecución comunista durante mil años”, continuó. “Al igual que Notre Dame en París, la Basílica de San Pedro en Roma, la Basílica de Guadalupe en la Ciudad de México y la Catedral de San Patricio en la ciudad de Nueva York, Santa Sofía tiene un simbolismo espiritual y un significado moral únicos para la nación”.
“La invasión rusa de Ucrania y los brutales bombardeos diarios no perdonan a nada ni a nadie”, dijo, señalando la matanza de civiles inocentes. Más de 4.000 escuelas, casi 1.600 instalaciones médicas y 236.000 edificios residenciales han sido dañados o destruidos en esta guerra, informó.
Desde que comenzó la guerra en febrero 2022, CNEWA se ha asociado con grupos eclesiásticos en Ucrania, incluyendo a la Iglesia greco-católica ucraniana, Caritas Ucrania, la Universidad Católica Ucraniana y comunidades religiosas para proporcionar alimentos, atención médica, refugio y apoyo psicológico, enviando más de 3,5 millones de dólares en ayuda.
El arzobispo Gudziak pidió a “los que entienden” rezar por “una paz justa y duradera” que “garantice la seguridad de las personas inocentes, la protección de sus iglesias, su identidad y su forma de vida, y el regreso de decenas de miles de niños secuestrados”.
El Consejo de Iglesias de Ucrania también emitió una declaración en la que condenó el ataque a la catedral y pidió “a todo el mundo civilizado que tome todas las medidas necesarias para detener la barbarie perpetrada por la Federación Rusa”.
“Desde el comienzo de la invasión rusa a gran escala, 670 iglesias y lugares de culto han sido destruidos o dañados”, escribieron. “Sesenta miembros del clero de varias iglesias y organizaciones religiosas han sido asesinados por los invasores rusos. Muchos sacerdotes y pastores han sido arrestados ilegalmente y mantenidos en cautiverio ruso”.
En el territorio ocupado por Rusia, “continúa la grave persecución religiosa”, que incluye “detenciones y encarcelamientos ilegales de clérigos de diferentes credos, la incautación de edificios religiosos para uso militar y administrativo por parte de las fuerzas de ocupación, el cierre de iglesias y casas de oración, el control total de la vida religiosa y los intentos de manipularla para apoyar la ocupación”.
Vadym Kyrylenko, primer subdirector general del templo, dijo que la catedral será inspeccionada y reparada. Dijo que era la primera vez que la catedral sufría daños durante la invasión rusa de Ucrania que comenzó en 2022. En 2023, la UNESCO incluyó a la catedral en una lista de Patrimonio de la Humanidad en peligro debido a la amenaza de la ofensiva rusa.
Una publicación en las redes sociales de X, antes conocida como Twitter, mostraba fotos de Odesa y decía que un hospital de maternidad y edificios residenciales resultaron dañados en la ciudad.
Un día antes, Rusia lanzó casi 500 drones y 20 misiles contra objetivos principalmente en el centro y oeste de Ucrania. Rusia afirmó que los ataques fueron en represalia por los ataques con drones ucranianos del 1 de junio contra varias bases aéreas rusas.
Poco después de la invasión rusa de Ucrania en 2022, Catholic News Service informó que la arquidiócesis católica ucraniana de Kyiv-Halych y la Embajada de Ucrania ante la Santa Sede dijeron que habían recibido información de que Rusia planeaba ataques aéreos contra la catedral.
En ese momento, el arzobispo mayor de Kiev-Halych, Sviatoslav Shevchuk, pidió a todos los cristianos que rezaran por el lugar sagrado e instó a Rusia a “abstenerse de este horrible acto de vandalismo”.
“Que Santa Sofía, la sabiduría de Dios, ilumine a aquellos que han considerado cometer este crimen”, dijo el arzobispo Shevchuk.
El sitio declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO dice que la catedral es “un monumento único de arquitectura y arte monumental de principios del siglo XI, que posee la mayor colección conservada de mosaicos y frescos de ese periodo”.