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Nota de la redacción: Se estima que Egipto tiene 1,5 millones de niños huérfanos y alberga numerosos orfanatos, principalmente administrados por organizaciones no gubernamentales, iglesias y grupos religiosos. Además de la muerte de los padres, las causas de la orfandad incluyen la enfermedad de los padres, el abandono, la pobreza, la violencia doméstica y la desintegración familiar. La Iglesia Ortodoxa Copta estableció dos orfanatos en Port Said, asegurándose de que las niñas tuvieran un ambiente más familiar.
Mi reportaje comienza en la Casa de Santa Marina en Port Said, que está relacionada con la Iglesia Ortodoxa Copta. Tuve el privilegio de compartir el desayuno con las niñas y las cuidadoras de la casa. Después de desayunar, mientras todavía estábamos en el comedor, les pedí a las chicas que hablaran sobre sus experiencias. Una por una, compartieron cómo la casa las había salvado, brindándoles paz y una conexión más cercana con Dios.
Sin embargo, no todas las historias eran iguales. Una chica, nueva en la casa, mostró a través de su lenguaje corporal que aún no había encontrado la paz.
Las razones por las que estas chicas se encuentran en la casa varían. Algunas han perdido a uno de sus padres o han sufrido abusos familiares. Otras fueron enviadas por sus familias para olvidar una relación romántica, a menudo con un hombre musulmán.
Esto nos lleva a un dilema ético desafiante. Por un lado, tener a uno en contra su voluntad es preocupante. Por otro lado, estas niñas son menores de edad y sus familias creen que las están protegiendo de tomar decisiones imprudentes, como huir y perderse.
Aunque desapruebo mantener a alguien en contra de su voluntad, entiendo la lógica de las familias y la iglesia. Egipto es una sociedad conservadora que no acepta relaciones fuera del matrimonio, especialmente cuando la niña es menor de edad.
Las cuidadoras de la casa han desarrollado una comprensión profunda de las etapas por las que atraviesan las niñas. Muestran paciencia, sabiduría y dedicación para ayudar a la niña a olvidar relaciones pasadas y desarrollar una conexión más fuerte con Dios para comenzar una nueva vida. La dedicación, la pasión y el amor mostrados por los cuidadoras son realmente inspiradores. Trabajan incansablemente para proporcionar un entorno seguro y enriquecedor para estas niñas, ayudándolas a sanar y crecer.
Lea más sobre el trabajo de la Iglesia Ortodoxa Copta con estas jóvenes vulnerables, así como con los niños pequeños, en “Un Lugar al que Llaman ‘Hogar’» en la edición de marzo 2025 de ONE en español.