La ayuda humanitaria y el apoyo pastoral continúan llegando a las comunidades cristianas en Siria, a pesar de la reciente agitación en el país, dijo Michel Constantin, director regional de CNEWA-Misión Pontificia para Líbano, Siria y Egipto.
En un informe sobre la situación en Siria fechado el 10 de diciembre, Constantin dijo que su equipo se comunicó con los asociados de la iglesia local, quienes “han confirmado que la situación sigue siendo estable con los rebeldes”.
La comunidad cristiana en Siria reaccionó inicialmente a la caída del régimen de Bashar al Assad el 8 de diciembre con sentimientos encontrados, pero ahora tiene esperanzas de que la situación mejore, dijo Constantin.
Dijo que a los funcionarios de la iglesia se les “aseguró… que las nuevas autoridades sobre el terreno estarán comprometidas a proporcionar todas las protecciones a todos los ciudadanos, especialmente a los cristianos”, que tienen comunidades en la mayoría de los grandes centros urbanos de Siria.
También se les dijo a los funcionarios de la iglesia que “las actuales acciones caóticas se controlarán pronto para evitar que los ladrones y las pandillas se beneficien de la situación”, informó.
Los tres patriarcas de Siria se pronunciaron sobre la situación y emitieron un llamado a “unificar esfuerzos” y “apoyar a su pueblo”.
Los patriarcas Juan X de Antioquía y Todo el Oriente, Aphrem II Karim de la Iglesia Ortodoxa Siria y Joseph Absi de la Iglesia Greco-Católica Melquita destacaron “la importancia de preservar la presencia cristiana y defender los valores de ciudadanía y convivencia”, según un informe publicado en The Orthodox Times el 11 de diciembre.
Constantin describió el “nuevo statu quo’ en Siria desde la caída del régimen de Assad como “un frágil equilibrio” entre tres grupos. Estos incluyen a los rebeldes, que controlan alrededor del 65% del territorio sirio, incluidas las principales ciudades, los kurdos, que controlan alrededor del 30% del territorio sirio en las regiones norte y este, y otro grupo rebelde a lo largo de la frontera sur, donde vive la minoría drusa, que Israel cruzó a principios de esta semana para crear una zona de amortiguamiento de nueve millas a lo largo de la frontera.
“El verdadero desafío ahora es seguir realmente el proceso de paz” y la implementación exitosa de un gobierno de transición, dijo Constantin.
El 10 de diciembre, el grupo militante islamista Hayat Tahrir al Sham (H.T.S.) nombró a un nuevo primer ministro, Mohammed al Bashir, para encabezar el Gobierno de Transición sirio.
El nombramiento, hecho sin consultar al consejo nacional, “podría ser una señal de una nueva dirección en Siria basada en un nuevo control militar de la autoridad política”, dijo Constantin, subrayando el papel de la comunidad internacional en la creación de “más presiones” para una transición pacífica. El grupo militante “nunca ha ocultado su afiliación religiosa y sus raíces políticas” como una rama de Al Qaeda, agregó.
“Este proceso político eventualmente conducirá a cambiar la constitución para construir un nuevo régimen democrático, por un lado, y preservar los derechos de las minorías, por el otro”, dijo.
Los ciudadanos están a la espera de ver si el poder en el país será compartido “con todos los fragmentos políticos, nacionales y religiosos de la sociedad siria”, agregó.
Mientras tanto, la drástica devaluación de la libra siria ha sumido aún más en la pobreza a los sirios vulnerables. El cambio de moneda a la lira turca o dólar estadounidense ha provocado un aumento en el costo de vida, y un número cada vez mayor de familias necesita artículos de emergencia como alimentos, medicinas, combustible para cocinar y calentar, pañales y fórmula infantil. La mayoría de los mercados permanecen cerrados en todas las ciudades excepto en Alepo.
“Estamos en una fase de observación”, dijo Constantin. “Tenemos que esperar y ver cómo los acontecimientos darán forma al destino de la nueva Siria”.